Historias de éxito Clase Lex 2018 (Parte VI)

Los estudiantes de la Clase Lex 2018 de la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico gozan de una diversidad de trasfondos e intereses que de seguro su aportación al País se dejará sentir muy pronto en muchos sectores de la sociedad puertorriqueña.

A continuación compartimos algunas de las historias de éxito de Paola Fournier y Ernesto González – Clase Lex 2018 graduandos de la Clase Lex 2018 donde nos cuentan sus retos, logros en la Escuela de Derecho, y sus metas futuras.

Paola Fournier- Clase Lex 2018

Paola Fournier Del Valle tuvo varios retos al llegar a la Escuela de Derecho de la UPR específicamente porque regresaba de estudiar su bachillerato en Estados Unidos y estaba en una etapa de transición, de hacer ajustes al volver a Puerto Rico, vivir con su familia y averiguar que iba a hacer luego de obtener su bachillerato en Relaciones Internacionales con un enfoque en Medio Oriente y Periodismo.

Trabajó como asistente ejecutiva en Espacios abiertos para tener experiencia laboral.  Era su primer trabajo oficial y estaba al frente de lo que consideró “gente tan brillante que tenían un gran conocimiento de los derechos de las personas,  todo lo que tenía que ver con la economía de Puerto Rico, el problema de la transparencia”.  Ahí fue que empezó a escuchar estos términos claves como el acceso a la justicia que verdaderamente la dejó pensando en que debía estudiar derecho.

El hecho de trabajar con comunidades desventajadas, por ejemplo, las organizaciones sin fines de lucro que en ese momento estaban enfrentando unos riesgos por unos recortes que iban a dejar muchas organizaciones sin fondos para nada, y cuando se organizó el movimiento ‘Una sola voz’, el trabajo con grupos como el Boys and Girls Club, y un gran grupo de organizaciones sin fines de lucro, la llevaron a tomar la decisión de solicitar entrada a la Escuela de Derecho.

Los trámites de entrar a la Escuela de Derecho y todo el proceso de tomar los exámenes y cumplir con los requisitos de admisión fueron un poco difíciles, pero cuando lo logró dice que fue como lo mejor del mundo, y el empezar en la UPR también fue un gran reto porque estudió casi toda su vida en inglés y el cambio del idioma fue no tan solo estudiar Derecho, sino en otro idioma, por completo, así que trató de adaptarse a ese nuevo vocabulario que fue bien difícil, pero poco a poco lo manejó y lo logró.

Cuando entró a Derecho, se forzó a ser un poquito más “out there”, más extrovertida. En abril del año pasado consiguió un trabajo con un mini bufete en el que lleva trabajando con ellos algún tiempo así que ha balanceado su vida entre Enlace, trabajo, vida social y la Escuela.  Le habían hablado de Enlace con Escuelas Públicas y fue lo primero que buscó y se hizo parte del Pro bono durante sus tres años de estudios en la Escuela de Derecho. Eso ha sido una experiencia enriquecedora que Paola agradece porque ha aprendido mucho de los estudiantes que han participado.  El hecho de que hay algunos de los participantes que ya están en el bachillerato y que están en el proceso de entrar a la Escuela de Derecho,  le confirma que es un programa que funciona y como tal dice que le encantó.

Su segundo año fue co-portavoz del Enlace con Escuelas Públicas mientras dijo que estaba ‘behind the scene’ haciendo todo lo que tenía que ver con admisiones, todo lo que tenía que ver con asegurarse de que los jóvenes llegaran a la Escuela,  por ejemplo, si tenían que venir de un pueblo tan lejano como Aguada, pues ver cómo se le conseguía transportación y para ella, ‘eso pues fue brutal’.  Cuando comenzó a conocer los participantes, vio el gran potencial que hay dentro del sistema público del país, pero dice que “hay tantas barreras para que estos estudiantes logren entrar a la universidad y puedan hacerse de una profesión”. Verdaderamente piensa que Enlace ha logrado darle la atención a esos estudiantes y dejarles saber ‘mira olvídate de las barreras que todo es posible, especialmente cuando vengas a la Escuela de Derecho y tengas esta experiencia tan temprano mientras estudias en la Escuela Superior’.

El reto con Enlace fue más el manejo de tiempo porque yo le quería dedicar todas sus horas y olvidarse de las clases, era algo que le fascinaba especialmente en primer año porque quería asegurarse de que estaba cumpliendo con las horas, hasta cree que cumplió de más y piensa que va a terminar con más de150 horas en este Pro bono. Cada hora que participó en Enlace fue algo que definitivamente le ayudó a través de sus tres años de Derecho no tan solo por eso crear una empatía con estos estudiantes pues tienen unos obstáculos, unas barreras y luego poder aplicar esa dinámica de escuchar sus preocupaciones y escuchar los retos que ellos están enfrentando y poder también aplicarlo en la Clínica con las personas que entrevista.

 “Luego del huracán María fue que verdaderamente los retos se acumularon porque ahí era el ajuste de todo el país en crisis.  Nosotros sin clases, todo era como que vamos a hacer con el tiempo ver todas estas personas con sus hogares completamente destrozados, personas que han tenido que irse de PR y yo vine para la Universidad  a ayudar a recoger y después luego fui a la isla a ayudar con unas amistades a repartir almuerzos y todo”, dice con nostalgia. “Fuimos a Morovis, Maunabo, Maricao, también ayudé con lo de Ayuda Legal huracán María con el profesor Godreau”. Añade que “así fue que logró mantener las relaciones que ya había creado dentro de la Escuela para poder ayudar al país”.

“Me siento muy afortunada porque la Escuela también presenta muchas oportunidades de poder crear tu itinerario, por eso escogí la Clínica de Hipotecario porque no tan solo el horario sino ya yo conocía bien al Prof. Ricardo Ramos porque había cogido la clase de Derecho notarial con él y me encantó la dinámica porque esto es un tema bien importante hoy día”, dice Paola.  Al ver toda la situación de la gente que perdió trabajos y están en riesgo de perder sus casas dijo: “me apunto en la clínica correcta porque ahora cuando vaya a comenzar el semestre sabemos que vamos a tener todas estas personas con dudas con la cuestión de la moratoria que hacer si el banco viene a donde ellos y le dicen: ‘mira te vamos a ejecutar la casa’ y la casa de ellos está completamente destrozada o tienen una situación o se fueron de Puerto Rico y sabes esa responsabilidad se la dejaron a otras personas”, comenta la estudiante.

“Hemos visto de todo en la Clínica, pero verdaderamente este año hemos sabido manejar, darle la orientación a las personas que entran por las puertas de la Clínica con una preocupación de que el banco les está presentando unas opciones limitadas que son bien insensibles a lo que pasó con el huracán”, señala con genuina preocupación. Añade que “muchas personas perdieron el trabajo después del huracán y, pues esas son las realidades que nosotros vemos cada día en los salones de la Clínica entrevistando a gente que dicen: ‘mira yo me quede sin trabajo o yo soy de Toa Alta y en Toa Alta tuvimos muchos daños y yo soy dentista y de repente todos mis clientes ya no vienen porque o se fueron o algo les pasó a ellos o no tienen el dinero para ir a hacerse un chequeo  dental’. Eso fue una situación que cuando ella estaba escuchando las entrevistas, decía ‘wuao’! Y es que no tan solo es un profesional, era un dentista, un señor con su profesión, él dependía de eso y se paralizó por completo”. Paola quedó impactada con el testimonio de este dentista al escuchar su testimonio, especialmente cuando le decía: “mira todo con lo que yo contaba era mi salario y bajo muchísimo, yo no tengo para pagar la casa, el banco ya yo no sé porque me están enviando carta y yo me acogí a la moratoria, pero yo no sé cuánto tiempo tengo con la moratoria y había mucho problema de falta de información”.

Paola narró sobre otro caso. “En la Clínica había una señora de esos casos activos que el profesor me asignó a mí, una señora que la cargo con todo mi corazón porque verdaderamente esa señora me llama todos los días y yo la atiendo con todo el gusto del mundo porque verdaderamente es para asegurarme que lo que vaya a pasar se haga bien y que se logre porque ella lleva tratando de entregar su propiedad por 4 años y ha habido un pa’lante y pa’atrás. El caso es que para conseguir hacer el pago ha sido imposible porque el préstamo de ella lo compró una compañía de afuera y ahí pues en cuestión del idioma ella no sabe inglés y al tratar de conseguir una llamada para estar informada del estatus de su solicitud, resulta que las personas que hablan español están situadas en las Filipinas. Así fue que de repente una se dice: “cómo va a ser que así es como estemos bregando con esta situación y tan poco sensible con lo que ella estaba pidiendo”. Explica que “la persona había sido bien responsable pero llegó a un punto en el que le redujeron el salario y ya no podía con la responsabilidad y dijo: ‘tú sabes que mejor la entrego, yo no tengo ningún, yo no estoy a atada a mi casa’, que eso para mucha gente es bien difícil decirle ‘mira la realidad de los números es que tú sales ganando si entregas la casa’, y eso obviamente no le conviene al banco”. Dice que ahora por fin se percataron de lo mal que han bregado con su caso y al fin dijeron: “Esta bien vamos a hacer la escritura ahora” y en la Clínica ‘estamos en proceso de aceptar la escritura, el pago,  para que ella pueda entregar su propiedad al fin’. Fueron como siete llamadas y no fueron ni ellos quienes decidieron la acción del pago, hasta llegaron a rechazar la solicitud dos veces y mandaron una carta de rechazo de la solicitud con la única explicación de que no se cumplía con los requisitos.

A Paola, le encantó la experiencia de estudiar en la Escuela de Derecho y dice que “fue como una montaña rusa, muchos obstáculos no tan solo académicos sino también con la situación del país, pero yo creo que hemos bregado bastante bien la situación, con los estudiantes y al ver cómo se puede seguir ofreciendo la oferta académica, pero verdaderamente a mí me encanto aunque antes pensé que no me iba a gustar para nada”, dice con mucha satisfacción.  Añadió que “cuando al fin pude atarla con lo que aprendí en Espacios Abiertos, del Acceso a la Justicia, a Enlace con Escuelas Públicas y, luego a la Clínica, fue como que wao! aquí ya encontré mi pasión, esto fue lo que a mí me encantó y ahí fue con eso me voy a quedar de la Escuela de Derecho”.

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Ernesto González – Clase Lex 2018

Ernesto es primera generación de estudiantes universitarios en su familia y vive muy agradecido a sus abuelos quienes lo criaron y se preocuparon por su educación. Cuenta que para la celebración de sus 15 años, su abuela le regaló “Las memorias de don José Trías Monge”, tal vez como un presagio de que estudiaría derecho.

Hizo su bachillerato en Administración de Empresas en la Universidad de Puerto Rico (UPR), Recinto de Arecibo. Participó en varios organismos estudiantiles durante cinco años, entre ellos, fue Senador Académico, miembro de la Junta Administrativa donde participó en el Comité de Ley y Reglamento, el Comité de Ascensos  y en la Junta Universitaria de la UPR estuvo participando por unos tres años. Cuenta que esa experiencia le permitió una visión holística de toda la Universidad como sistema.  Esto le hizo desarrollar su interés por la educación como medio de transformación y movilidad social para que se genere una clase media educada y de profesionales que contribuyan en cada uno de los sectores económicos y culturales del País.

Dice que siempre le interesó el estudio del Derecho, la historia y el desarrollo económico de la sociedad, sin embargo, su intención de estudiar derecho era para tener el conocimiento.  Fue en una Feria de Estudios Graduados donde se encontró con Albita Quiñones y Mayra Crespo, Oficiales de Estudiantes dela Escuela de Derecho y de Arecibo, respectivamente, y también por recomendación de una de sus profesoras de bachillerato, se acercó a conocer el programa del Juris Doctor.

Gustaba de la Oratoria, la argumentación y, por su experiencia participando en los organismos universitarios, entendió la importancia del derecho, la reglamentación y regulación, que están presentes en todo.  Ve el derecho en la vida en comunidad, en los accesos controlados y comités vecinales, en la actividad de gobierno hasta en asuntos específicos como la necesidad de redactar contratos en la vida privada de los ciudadanos.

Cuando se graduó del bachillerato, Ernesto solicitó la Maestría en Administración de Empresas en el Recinto Universitario de Río Piedras y a la Escuela de Derecho, y luego que decide estudiar Derecho en la UPR y lo aceptan, se mudó a San Juan.  Vino a la Escuela por primera vez cuando el juez español, Baltazar Garzón visitó la Escuela para hablar de sus investigaciones sobre crímenes de corrupción gubernamental y los asesinatos de grupos étnicos, como parte de los casos que investiga a nivel internacional.

Uno de los cursos que más le gustó en su primer semestre fue Derecho Constitucional con el profesor José Julián Álvarez de quien dijo es uno de los mejores profesores que ha conocido, y esa clase lo marcó con un antes y un después.  Añadió que cuando tomó esta clase fue la vez que más ha sido retado  intelectualmente, lo mismo a leer, a deducir, a ir más allá, a entender el porqué, a ver que el derecho es transversal en la sociedad y porqué pasan las cosas, y porqué los tribunales resuelven de tal manera.

Quedó convencido de que si había superado el primer semestre y el primer año en Derecho, valía la pena su esfuerzo.  Estaba seguro de que si aguantó ese primer año y le gustó, se quedaría y se iba a graduar como ha sido su caso al completar su grado como parte de la Clase Lex 2018.

Durante sus años en la Escuela de Derecho, participó en el Pro Bono Enlace con las Escuelas Públicas pues se identificó, habiendo estudiado en la escuela pública, con estudiantes mayormente provenientes de comunidades en desventaja social y económica de nuestra sociedad. Comenta que este Pro bono es una oportunidad para estos estudiantes ya que la Universidad le provee una oportunidad de movilidad social y de apoyo para que puedan sobrepasar los requisitos de exámenes de entrada a la Universidad pública y luego poder entrar a la Escuela de Derecho si es su deseo.

Entre muchas actividades que participó, en su primer año de Derecho, el Presidente  lo nombró al Consejo de la Editorial de la UPR y en su tercer año fue Asistente de Cátedra del Profesor Antonio García Padilla, además de participar en el Probono Enlace.  Estudió un verano en la Universidad de Barcelona, fue miembro del Cuerpo Editorial de la Revista Jurídica, ofreció tutorías en Derecho Constitucional y en otro de los veranos, trabajó en un bufete de abogados.

También se matriculó en un seminario de Investigación avanzada del acceso a la educación jurídica con la profesora Ana Matanzo donde tuvo la oportunidad, junto con su compañera de clases Natalia Vilá, de investigar y publicar un artículo en la Revista Jurídica sobre el Acceso a la Justicia y a la educación jurídica. En el artículo se fomenta que los ciudadanos confíen en la justicia, en el estado de derecho, y que consigan abogados que tengan empatía con sus problemas. También se analiza la política de admisión a la Escuela de Derecho y propone una reforma a base de un análisis a la luz de los pronunciamientos de la Corte Suprema de Estados Unidos.

Fue miembro del Comité de Admisiones y ocupó una posición en el Consejo de Estudiantes de la Escuela. Además fue miembro de la Junta Editora del UPR Business Law Journal y participó en el Debate Miguel Velázquez donde ganó el primer premio de la competencia en el 2017. En su último año estuvo en la Clínica de Ética con el profesor Guillermo Figueroa y la profesora Mayte Rivera.

Entre sus planes futuros están, además de pasar la reválida, trabajar en el Tribunal Supremo de Puerto Rico y eventualmente, desempeñarse como abogado en la práctica privada. Quien sabe si se interesa por la política y llega a ocupar un escaño en la Legislatura o posición en la Judicatura de Puerto Rico.

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