Historias de éxito VII – Clase 2018- Clínica Desarrollo Comunitario
Los estudiantes de la Clase Lex 2018 de la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico gozan de una diversidad de trasfondos e intereses que de seguro su aportación al País se dejará sentir muy pronto en muchos sectores de la sociedad puertorriqueña.
A continuación compartimos la historia de éxito de Ricardo Cortina, Clase Lex 2018 donde nos cuenta sus retos, logros en la Escuela de Derecho, y sus metas futuras, y de los estudiantes de la Clínica de Desarrollo Comunitario 2017-2018.
Ricardo Cortina cuenta que antes de sobrepasar los retos para entrar a la universidad era un joven inquieto. En escuela superior no era el mejor promedio, pero tuvo un College Board alto. Estudió en la Universidad de Puerto Rico (UPR), Recinto de Mayagüez y allí encontró propósito al decidir estudiar Política, disciplina con la que desarrolló mucho amor por sus estudios. Las causas de justicia social y las batallas contra la desigualdad económica, social y política son las razones por las que solicita a la Escuela de Derecho de la UPR. Una vez en la Escuela fue una adaptación difícil, al comienzo quedó impactado con las clases, y más tarde, al participar en los Pro bono fue que dijo, “esto es para mí”.
Con el Pro Bono Rescate en el cual participó un año y medio, estuvo visitando semanalmente al Hogar Crea de jóvenes adultos en Guaynabo. Allí ofreció tutorías de Derechos Humanos y temas aleatorios sobre el derecho. Fue una experiencia que le brindó otra cara y es de las necesidades que él entendía que la Escuela debía visibilizar como agentes de impacto. También como voluntario del Pro bono colaboró con la comunidad penal, trabajó en las cárceles en el área de personas con restricciones, situación que lo dejaba impotente por las causas que los alejan de la comunidad. Con este Pro bono llevaron charlas a las cárceles para orientar a los confinados sobre sus derechos y concienciarlos sobre violaciones a las que se les someten o están expuestos. Su mayor satisfacción fue que se sentía útil y la convirtió en “mi primera causa”.
Cortina dice que fue impactado por las profesoras Erika Fontánez y Ana Matanzo, y la clase de Justicia Penal en las que tuvo la oportunidad de visitar las cárceles. En las cárceles vio a hombres y mujeres donde las restricciones que se le impusieron, los dejaban en una posición impotente en la que se les relega en gran manera de la sociedad por las faltas que cometieron.
Del Derecho Penal se interesó en el Derecho Comunitario. En su último año en la Escuela participó en la Clínica de Desarrollo Económico Comunitario con la Profa. María Hernández donde se sensibilizó sobre los efectos del huracán María y de lo que pueden hacer los abogados por los afectados que necesitan de ayuda legal. Junto con la Lcda. Ariadna Godreau, ofreció asistencia legal como estudiante en una iniciativa de apoyo a muchas familias para que pudieran completar sus reclamaciones a FEMA.
Participó también en el Pro bono Democracia y Participación Ciudadana donde la labor esencial fue preparar panfletos sobre la participación del ciudadano que fueron distribuidos por la Comisión de Derechos Civiles de Puerto Rico. En la Escuela fue miembro de la Asociación de Litigio.
Una de sus mayores satisfacciones fue participar de un caso que la Clínica de Asistencia Legal de la Escuela llevó al Tribunal para defender un espacio comunitario que se había cedido para construir una escuela en la comunidad Villa Victoria en Caguas. Los residentes recurren a la Clínica para solicitar representación y evitar que una desarrolladora se adueñara del terreno. Luego de estudiar las escrituras que presenta la Comunidad, los estudiantes de la Clínica descubrieron que se habías cambiado los puntos del terreno y con esa teoría y los documentos demostraron que las colindancias habían sido cambiadas de las originales. La preparación de los estudiantes fue la que llevó al Juez a tomar la decisión de desestimación del caso por ser perjurio.
“La Clínica es excelente y la recomiendo favorablemente y a la profesora quien es un ‘role model’ que hace las cosas de buena fe, es una persona recta, intachable”, expresó Cortina. Añadió que “es un privilegio que haya participado en esta clínica que ofrece servicios gratuitos a la comunidad”.
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Clínica de Desarrollo Comunitario 2017-2018
Uno de los logros que más nos enorgullecen es el de la Clínica de Desarrollo Comunitario, específicamente de los estudiantes Ricardo Cortina Aldebol, Lauramir Rivera Vélez, Paola F. Figueroa Emanuelli y Ansel R. Cancel Rosario quienes junto a su mentora, la profesora María Hernández Torrales, asumieron representación legal de la comunidad cooperativa, Villa Victoria en Caguas.
El caso se remonta hace más de 40 años cuando se iba a construir la vivienda cooperativa y se cedió un espacio para la construcción de una Escuela. El predio para la escuela fue segregado de la finca y su titularidad se transfirió al Departamento de Transportación y Obras Públicas con tal propósito. Con el paso de los años la escuela no se construyó. La comunidad hizo gestiones para que, según dicta la ley, el predio se le devolviera a la comunidad quienes tienen planificado establecer allí un centro comunitario y huerto. Las gestiones con el gobierno resultaron lentas.
En el año 2009, la comunidad se entera que para ese mismo predio, el desarrollador de la urbanización estaba haciendo representaciones ante el gobierno de que el predio le pertenecía y había propuesto el desarrollo, primero de una égida y luego de unos walk-ups. La comunidad se opuso en la Oficina de Gerencia y Permisos (OGP) donde expresaron que el terreno propuesto para el desarrollo no le pertenecía al desarrollador, sino que era de la comunidad. El desarrollador demandó a la comunidad en un caso de sentencia declaratoria en la que solicitó que el tribunal declarara que la titularidad del terreno correspondía al desarrollador. La comunidad acudió a la Clínica de Asistencia Legal de la UPR y el caso fue aceptado.
Hubo vistas en el tribunal, reuniones con los clientes, reuniones con el abogado de la parte demandante y reuniones con los peritos del caso. Luego de un análisis de la documentación presentada por el desarrollador, las y los estudiantes establecieron la teoría del caso y la presentaron en la vista inicial en el tribunal. La teoría legal desarrollada por la Clínica de Desarrollo Comunitario era sólida y surgía de los propios documentos provistos por la parte demandante. Luego de las varias reuniones antes mencionadas, la representación legal del desarrollador determinó desistir del caso sin perjuicio.
La dedicación de las y los estudiantes, destacándose el estudiante Ricardo Cortina, dio una nueva oportunidad a la comunidad para proseguir con su reclamo para que el Departamento de Transportación y Obras Públicas, de conformidad con la normativa, les transfiera la titularidad del predio de terreno y continuar con sus planes de establecer un centro comunitario y el huerto para la comunidad.