Mediación: espacios necesarios de diálogo y paz para Puerto Rico por Dra. Mildred Negrón Martínez

Columna de la profesora de la Clínica de Mediación de la Escuela de Derecho de la UPR.

PUNTO DE VISTA

Por Mildred Enid Negrón Martínez

Endi – El Nuevo Día

Mediación: espacios necesarios de diálogo y paz para Puerto Rico

Esta semana, lamentablemente, nuestra atención se ha centrado en la situación caótica ocurrida en las afueras del Centro Judicial de Caguas. Allí un hombre disparó y ultimó a dos personas. El origen de la controversia, según lo reportado en nuestros noticiarios, es un conflicto por una colindancia. Por años, las pugnas por colindancias, derechos de paso, servidumbres y otros, se despachan ligeramente como “problemas de vecinos”. A diferencia de otros casos que se difunden por involucrar personas reconocidas, nos enteramos de estos cuando el desenlace es el del pasado martes, una tragedia. Ningún caso es pequeño cuando puede conllevar la pérdida de dos de los bienes mayores que poseemos los seres humanos: la vida y la libertad.

Ya sea por experiencia propia, o por la de otras personas, sabemos que los llamados conflictos entre vecinos generan un sabor agrio, de molestia y furia que va creciendo desde adentro. Son bombas de tiempo porque, como enseña el refrán, “tanto está dando la gota en la piedra hasta que hace hoyo”.

En nuestra sociedad existen diferentes formas de resolver conflictos, aunque la más conocida y promovida sigue siendo ir al tribunal. Existe la mediación. La mediación se enfoca en crear espacios para el diálogo, en fomentar la paz. El Poder Judicial tiene 13 Centros de Mediación de Conflictos, uno por cada región judicial. El primero fue establecido en 1983. La Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico, al igual que otras universidades, entidades y proveedores privados, ofrece servicios de mediación.

Pugna que culminó en doble asesinato en el tribunal de Caguas tenía larga trayectoria

Por años, las pugnas por colindancias, derechos de paso, servidumbres y otros, se despachan ligeramente como “problemas de vecinos”, escribe Mildred Negrón Martínez
Por años, las pugnas por colindancias, derechos de paso, servidumbres y otros, se despachan ligeramente como “problemas de vecinos”, escribe Mildred Negrón Martínez (Captura)

En la mediación una persona capacitada ayuda a quienes tienen el problema a comunicarse respetuosamente. Su objetivo es facilitar que las personas discutan la situación, presenten alternativas para solucionarla y lleguen a un acuerdo que le ponga fin al conflicto. Si bien es cierto que la participación es voluntaria, el mero hecho de saber que existe la mediación, orientarse sobre el proceso y conocer todas sus características y posibilidades, ya es ganancia para quienes tienen un conflicto.

En la mediación se exploran necesidades, emociones y otros asuntos que les estén afectando. Es una oportunidad para que cada persona presente detalladamente su visión de la situación en un ambiente seguro donde no se le está juzgando ni se le está imponiendo una solución. Uno de los requisitos principales del proceso es que la persona mediadora tiene que ser imparcial. No puede defender, representar o favorecer a una de las personas en conflicto. Tiene que demostrar esa imparcialidad con sus palabras, gestos, tono, volumen de voz, y todo lo que es, en fin, comunicación efectiva.

Otra característica de este diálogo es que se da en un ambiente confidencial, salvo unas pocas excepciones establecidas por ley. Mantener la confidencialidad es una obligación de todas las personas que participan del proceso. En nuestra isla en la Regla 516 de las Reglas de Evidencia de 2009, según enmendadas, y en otras leyes y reglamentos, así se establece. La mediación está disponible en Puerto Rico para una gran variedad de controversias, incluyendo los llamados problemas de vecinos. No es un invento nuestro. Es un mecanismo utilizado a nivel mundial.

Los procesos de mediación no son actos de magia que ayudan a resolver toda situación, pero existen como alternativa y su uso ha sido limitado, subestimado, y, muchas veces olvidadoEste proceso es una alternativa real al sistema judicial adversativo de los tribunales. Las personas deciden si quieren participar del mismo o no, pero, lo importante es que pueden escoger cómo y dónde quieren resolver un conflicto, antes de que siga evolucionando.

Muchas veces unas tragedias sirven para evitar otras. Confiemos que así será.

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