El desarrollo de una institución como la Escuela de Derecho de la Universidad de Puerto Rico responde a muchos factores: el trabajo de los alumnos, el talento de la facultad, su compromiso, el entusiasmo del personal de apoyo, el endoso de la administración universitaria y la generosidad económica del pueblo puertorriqueño que permite los respaldos institucionales que recibe la Escuela.
Pero la contribución que puede hacer el Estado a la educación jurídica moderna, aquí y fuera de aquí es insuficiente para satisfacer las muchas necesidades que los tiempos imponen. Se necesita más. Si la aportación estatal no se complementa con aportaciones de los exalumnos, no es suficiente para mantener los estándares de calidad que compitan con la mejor enseñanza jurídica del mundo. En el mantenimiento de esos estándares, cada Exalumno tiene también una responsabilidad.
Todos aquellos que tuvimos el privilegio de estudiar Derecho en la Universidad, obtuvimos de ella una educación de primer orden al costo más bajo en todas las casi 200 escuelas de Derecho acreditadas. Para que las generaciones futuras puedan disfrutar de ese mismo privilegio, tenemos ahora que contribuir con generosidad en la medida de nuestras posibilidades. Espero que tu respuesta a nuestro llamado sea tan generosa como sus medios lo permitan. Contamos contigo.